miércoles, 31 de octubre de 2012

Rieux

-Camus, Camus por lejos tiene que ser mi escritor favorito, leíste algo de él?
-Sí, un par de libros nada más, por qué?
-Por qué "qué"?
-Tu autor favorito...
-Ah, sí... Por Rieux, leíste La Peste? No? Bueno, en una ciudad en Argelia, Oran, cuando todavía era una colonia francesa, por mediados de los cincuenta, si mi memoria no me falla. La cosa es que, como dice el titulo, una peste azota Oran y Rieux es un medico que empieza a ver que es más que una simple enfermedad de acá y allá, sino que era una epidemia y bueno, también hay otra parva de personajes que contrastan con Rieux y marcan el mayor contraste.
-Cómo el cura? - Preguntó rápidamente.
-Ah, pero entonces lo leíste!
-Sí, pero es que no me acuerdo mucho.
-Bueno, esta el cura - Comencé - Paneloux, y también otro personaje, Tarrou. Este último es un hombre con un gran código moral, el mismo propone la creación de brigadas de voluntarios antes de que el gobierno comience a obligar a los ciudadanos a ayudar a las tareas medicas ya que considera que la solución es responsabilidad de todos, ya que vivimos en sociedad y cada quien es responsable de sus conciudadanos, él posee un código moral muy particular al estar totalmente en contra de la pena de muerte, la cual era sentenciada por su padre, y lucho para los republicanos en la Guerra Civil Española. El cura por su parte lo hace por religión, primero da un sermón donde la peste es un castigo divino por el libertinaje de Oran, pero cuando ve morir a un nene completamente inocente y considerar su muerte sin sentido, en vez de estar desilusionado, reafirma su confianza en dios y dice que la muerte del niño debe ser aceptada como una prueba de fe, finalmente muere de la peste luego de trabajar en las brigadas de voluntarios.
Ella puso una expresión de duda que duro menos de un segundo.
-Sí, me pareció bastante ilógico, por eso me acordaba puntualmente de él... Del cura digo.
-A mi también me pareció ilógico, pero Camus lo poné de una manera un poco mejor expresada, no le llego ni a los talones.
-Y Rieux? - Preguntó - Qué pasa con él?
-Él, y bueno, él es medico y su labor como medico es aliviar el sufrimiento humano, no busca medallas, salvación divina ni tiene una moralidad por la cual debe de trabajar incansablemente, sólo lo hace porque es médico y esa es su labor, si importar cuan fatídica sea la tarea y la injusta lucha que tiene contra la muerte, sabe que no va a ganarla.
-Medio boludo.
-No, es el mejor personaje, hace las cosas por hacerlas nada más, ni siquiera busca plata, sólo las hace porque "es su trabajo" aún sabiendo que tiene todas las de perder... Ah, y la mujer de él, que estaba enferma de otra cosa, pero en Francia, al final de la novela también se muere.
-Que deprimente - Dijo mientras suspiraba.
-Sí, Tarrou dice que todos en el fondo somos unos bastardos hijos de puta, que si no luchamos contra nosotros mismos, lo que el expone como la "plaga interna", el mundo sería una bosta, pero eso su estricto código moral y sus ganas de ayudar continuamente, en cierto sentido, yo creo que Rieux es el ejemplo de una verdadera persona, hace lo que tiene que hacer, no arma bardo por eso y lo sigue haciendo sin importarle las contras.
-Y a todo esto, me imagino que te sentís identificado con él, pero no se me ocurre porque, aunque, qué se yo, te conocí hace dos días, mucho no puedo opinar.
-Podes opinar lo que quieras preciosa - Sonreí mientras la miraba a los ojos -, no me molesta. Yo particularmente me siento algo como Rieux y Tarrou, creo que esta en cada uno la tarea de hacer más amena la vida de los demás y es una tarea que debemos desempeñar, no porque es lo "que esta bien" o para buscar la salvación divina, soy un poco más practico, es sabido que si todos tiramos para el mismo lado vamos a llegar más lejos que actuando individualmente.
-"Quien hace un bien a otro se hace un bien a si mismo." - Dijo con la mirada perdida.
-Ah... - Me quedé pensando unos segundos para tratar de recordar al autor, sin embargo, no pude, así que continué - Tá buena esa frase, no la conocía, y sí, a eso voy, en una crisis que sabemos que estamos con todas las de perder, qué vamos a hacer? Vamos a resignarnos, aceptar nuestro destino y terminar en placeres individuales o - Y ahí levante un puño en alto, mientras levanta mi voz - es conveniente unirnos y tratar de luchar incluso a sabiendas de que no vamos a tener éxito?
-Exactamente... Y de última buscamos los placeres con compañía, no te parece? - Sugirió ella, con una sonrisa picara.
Obviamente esa sonrisa no quedó sin una respuesta similar de mi parte.
-Sí, también, vamos a tomar algo - Dije mientras pasaba mi mano por su hombro - y cambiemos de tema, demasiada charla sobre muerte, plagas y batallas fatídicas.
Ella sonrió y me retrucó:
-Vos trajiste el tema.
-Tenés razón - Admití sonriendo.