lunes, 15 de junio de 2015

Pensamientos de un moribundo

Estoy cansado, y tengo frío. Estoy tiritando. Me acerco mis manos al pecho. Tengo sueño, no puedo ver bien, trato de ver alrededor y está todo borroso. Me enfoco en mis manos. Las veo y están con sangre. Cierto. Tengo dos balas en el abdomen. El frío debe de ser por la perdida de sangre. Cómo llegué a esta situación? Seré un poli? No, no tengo un uniforme. Estoy de saco y corbata. Hay una mujer a mi lado, gritando. Me sacude. Me molesta. Si tuviese fuerzas le diría que pare, pero sólo la miro con ojos cansados. No puedo hablar. Quiero dormir. Pero me intriga saber qué me pasó. Un robo? Tengo sed. Mucha. No me duele. Pero no siento las piernas. Me habré desmayado que no me acuerdo de nada? No sé quien es esta mujer. Y yo quién soy? Me falta sangre. No puedo pensar. Me aprieto las heridas. No quiero dormir. Tengo que parar la hemorragia. Ahora veo mejor. No reconozco su rostro. Pero me resulta familiar. Querido. Llora, ella llora. No sé que me dice. No me robaron, a mi no. Ahora me acuerdo. Le estaban robando a una pareja, escuchamos sus gritos. Me aprieto más fuerte. Muevo las piernas. Veo las luces de un patrullero. Hace cuanto está acá? Vuelvo a tener sueño. Mucho. Se me cierran los ojos. Basta mujer de moverme. Me duermo. Me muero. Trato de buscar sus ojos. La amo. "Te amo" pude hablar. No puedo abrir los ojos.